viernes, 31 de diciembre de 2010

Feliz año 2011 en bolas!


Venus os desea Feliz año nuevo, muchos orgasmos y sobretodo muchas fuerzas para dar placer!

Y también fuerzas para el sacerdote para poder escribir un nuevo relato, que vendrá por reyes, la continuación de la oficinista y el aguador!

martes, 7 de diciembre de 2010

La enfermera

Hace un tiempo me lesioné y me rompí una pierna. Podría decir que había sido mientras practicaba parapente, rafting o mientras corría con mi coche de carreras pero sería una gran mentira ya que nunca he practicado esos deportes ni tengo un coche de competición. Pero me da un poco de vergüenza decir que simplemente que me caí por las escaleras por mirar a la vecina.

Aunque no sea algo muy grave mientras te curas de algo así estás bastante limitado ya que no puedes valerte por ti mismo, ni hacer las cosas más simples como hacer la comida, ir al trabajo o ducharte. Afortunadamente existe una ayuda del estado que te facilita unas horas al día una enfermera-asistente, para controlar un poco la evolución del paciente y para ayudarlo en algunas cosas básicas de la casa. Así que solicité la ayuda y me la concedieron. Al día siguiente tendría alguien que me iba a ayudar un poco en las nuevas dificultades del día a día.

Y llegó el día siguiente, a la hora prevista picaron al timbre y no sin dificultades pude ir a abrir: ¿Quien es? Soy la enfermera, dijo una voz femenina con pinta de salir de un cuerpo más joven del que imaginaba. Mientras subía me puse un poco nervioso, yo esperaba una mujer mayor, no bien tratada por los años o incluso podría haber sido un hombre. Pero esa bonita voz me hizo cambiar e imaginarme algo diferente. En mi mente bailaban imágenes de enfermeras sexys pero, mientras se me hacía eterno el eco de sus zapatos en la escalera, quise quitarme esas ideas.

Un zapato pegado a una bonita pierna apareció en mi horizonte visual mientras mis pulsaciones se disparaban. Pum-pum......pum-pum. Detrás de ese zapato apareció el resto un cuerpo resguardado por una bata blanca que no podía hacer mucho para ocultar sus formas. Pum-pum..pum-pum latía mi corazón más fuerte. Me habían asignado a una chica playboy como enfermera, sólo faltaban unos escalones y me había quedado sin habla y completamente rojo. Y para rematar mientras se acercaba empecé a saborear un olor maravilloso que provenía de ella. Naranja...sí, olia a naranja y azahar. Delicioso y sensual.


"Hola!, soy Natalia, me han asignado para cuidarte. Puedo pasar?"......"hola? estás bien?"...."Cccclaro, pasa, pasa" le contesté después de haber recuperado el habla y pensando que no sería tan bonito si esto me iba a pasar más veces, viendo su hermosura sin poder hacer nada. Al sentarme en el sofá ella me ayudó, me levantó la pierna y la posó sobre una mesita con un cojín que tenía, rozándome suavemente con su mano mi rodilla y mirándome sonriendo mientras una nueva tonalidad de su perfume era descubierta, jazmín. Ese simple roce combinado con su fragancia y aroma hizo que se me pusiera la carne de gallina y recorriera por todo mi cuerpo un delicioso escalofrío.

Luego estuvo un rato ordenando un poco la casa, que falta le hacía, mientras yo leía un libro. La verdad es que no me sentía totalmente cómodo dejando que ella hiciese mi trabajo, pero supongo que por eso la pagaba el estado que somos todos. Tampoco me podía concentrar mucho rememorando ese instante en el cual nuestros cuerpos se rozaron. Natalia era realmente atractiva, con unas curvas muy sensuales y, mientras leía 4 veces la misma línea, me imaginaba escenas bastante subidas de tono. Al cabo de un rato volvió y me dijo que era hora de la ducha que le indicara dónde tenía las toallas y el albornoz.

De 0 a 100 en 4 segundos. Mi corazón supo lo que se siente al acelerar como un superdeportivo. Iba a ayudarme a duchar. Ella. La chica que con sólo mirarla y olerla hacia que me pusiera nervioso y que una parte de mi cuerpo se endureciese. No podría disimular mi excitación, sólo de pensarlo la cosa se agravaba. Mientras hacía vanos esfuerzos por controlarme vino ella y me dijo: "Preparado? Lo tengo todo listo y dispuesto". Yo sólo logré decir: "eeeeee es igual, yyyyaaaa me ducharé otro día, no importa, es serio" a lo cual ella no hizo caso y me ayudó a ir al baño aún a pesar de mis negativas. Entramos con mi sangre concentrada en dos sitios, en mi cara roja como un tomate y mi pene semi erecto. Ella me miró, me observó y evaluó y sonrió. No una sonrisa burlesca, ni de compromiso sino una pícara y encantadoramente sensual. Se acercó y me ayudó a sentarme en una baqueta especial que había puesto dentro de la ducha y empezó a desnudarme con cuidado para no hacerme daño. Fue muy quirúrgico y efectivo, se le notaba su experiencia y aquí primaba el ser cuidadoso. Mientras me desnudaba se completó el puzle olfativo, me faltaba la miel y la vainilla; definitivamente era Armani Code Woman. Delicioso.

Y allí estaba yo, sentado en medio de la ducha, con una pata fuera, desnudo y erecto. A mi lado Natalia, un bombón con una esponja en la mano y preparada para ducharme. "Me gusta tu cuerpo, debes ir mucho al gimnasio" dijo y acto seguido cogió la ducha y me mojó el pelo entre risas, como una niña traviesa. Luego el campú masajeándome el cuero cabelludo. Viendo que a ella no le importaba mi excitación (o que incluso le divertia) me limité a disfrutar, a sentir sus dedos en mi. Un poco más y me duermo de tan bien que lo hacía pero un chorro de agua fría me devolvió la consciencia. Yo se lo devolví tirandole las gotas que corrían por mi cuerpo. "Así que eres un niño travieso, no? A eso no me gana nadie" me dijo entre risas. Entonces puso jabón a la esponja y empezó a pasarla sobre mi piel. Empezó primero por los pies, por el pie más bien ya que el otro estaba fuera semioculto por la escayola. Subió por mi pierna hasta mi ingle, mi culo y mi cadera. Luego los brazos, los hombros y la espalda y el cuello. Mientras hacía todo esto se acercaba y me rozaba con sus grandes y bonitos pechos. Y no sé cuando lo había hecho pero se había desabrochado varios botones de su bata y un generoso y bonito escote asomaba para el disfrute de todos los hombres presentes, es decir, yo.

Luego otra vez con la ducha y con la mano desnuda empezó a aclararme. Pero más que eso, que se podría haber resuelto sólo con el agua, me acarició. Me acarició por los brazos, por los hombros, por el cuello. Me acarició por el pecho, por el abdomen, y por las piernas (lo que se podía). Lo hizo a consciencia y disfrutando. Disfrutando viendo mi cara, una cara de absoluta felicidad y complicidad hacía ella. Con una sonrisa y una mirada de quien goza dando placer, usando algo tan simple y tan hermoso como unas caricias. En ese momento bajó su mano hasta mi polla y siguió acariciándome. Mi miembro no podía estar más excitado, duro y venoso. Ella se agachó y acercó su boca, lamiéndomela. Yo ya estaba casi en un punto de no retorno y ella ni había empezado, de lo caliente que me había puesto todo. Empezó a chupármela ayudándose con una mano, notando mi proximidad al orgasmo. Se le veía que le gustaba, y lo hacía realmente bien. Mi polla en su boca, notando el calor en la profundidad y luego la rapidez de sus expertos movimientos. Me corrí dentro de ella y vi en su cara que le gustó, que lo había planeado así. Después de limpiarse un poco la cara me dijo: "Me ha gustado mucho, muchas gracias guapo". Eso me dejó con la boca abierta, ella sólo había hecho que dar y yo no le había dado nada y encima me daba las gracias. Vio mi cara confundida y volvió a decir: "A veces darlo todo y ver esa cara, esa sonrisa, me llena más que el mejor de los orgasmos. Gracias de nuevo".

Me secó, me vistió y se despidió para el día siguiente. Pero ese día nunca llegó, al cabo de unos días me llamaron del departamento de ayuda social que habían decidido desde arriba recortar debido y suprimir esta ayuda debido a la crisis.

No la volví a ver...fue casi uno de los mejores días de mi vida, aprendí que a veces dar es mejor que recibir...pero me faltaron sus besos.

domingo, 14 de noviembre de 2010

4 besos

El cuarto beso fue en sus labios, tal cómo había planeado. Un beso intenso, fruto del deseo y el desenfreno, uno eterno y a la vez fugaz una ver terminado.

El tercer beso en su cuello, justo en el sitio que sabía que la volvía loca, usando mi lengua con fuerza, mordiendo cual vampiro hambriento.

El segundo beso al vernos por primer vez, en una mano, cómo buen caballero. Un beso tierno, muy tierno mientras la miraba a los ojos para que supiera que la deseaba.

El primer beso al viento; impresos mis labios en una fotografía y enviada por correos dentro de una carta: "este es mi primer beso, al cuarto estos labios serán uno con los tuyos"

viernes, 5 de noviembre de 2010

Comida familiar


Comida familiar...no me gustaban nada. Y era en casa de mis primos, con lo que me gusta a mi esta clase de reuniones. Y una cosa son comidas en "petit comite"y otra la que hacen ellos, que reúnen a toda la familia.

Fue el sábado pasado, nos reunimos más de 20 personas entre abuelos, primos, sobrinos, tíos, cuñados, suegras, abuelos, primos hermanos, primos de madres por parte de abuelo...un desmadre. Había gente a la que conocía realmente poco, e incluso a algunos que nunca había visto.

Normalmente cuando voy a estas comidas llego, ayudo en lo que puedo si todavía no está listo y al finalizar lo mismo e intento irme lo antes posible de manera educada. Pero en esta ocasión me pasó algo bien distinto.

Al llegar saludé a todo el mundo como mandan los cánones, dos besitos a las mujeres y la mano a los hombres. Me presentaron a gente que no conocía y me recordaron nombres que no recordaba. Y entre esa gente que no conocía estaba ella. Era la prima de Francia de mi prima, que había vuelto a Barcelona después de divorciarse de su marido francés. Al presentarnos me dedicó una mirada de arriba abajo y luego una de esas sonrisas de pícara que pueden encender a cualquier hombre. Se llamaba Úrsula y tan sólo verla ya me gustó. Morena de ojos grandes y negros, piernas bonitas, pechos firmes y grandes y un culo pequeño pero con curvas y duro. Nos dimos dos besos, soñé despierto con ella y seguí saludando al resto. Total, me iba a ir después de comer y las cosas que yo me puedo imaginar sólo pasan en las películas.

Pero ese día iba a ser diferente. Al empezar a comer se las ingenió para sentarse delante mío. Y ya desde el principio buscaba mi mirada y me sonreía si yo se la devolvía. Me rozaba la mano al darme algo que yo había pedido, el pan, la mayonesa. Lo hacía con sutileza, cómo si pudiera ser un accidente...pero no lo era, la primera vez lo podría haber sido...pero a partir de la tercera no. Yo me puse bastante nervioso, toda mi familia estaba allí, no sabía dónde ponerme. Por un lado ella me atraída mucho y cada uno de sus gestos hacía mi me encendía pero la presencia de mis familiares más cercanos me reprimían. Y esas dos grandes fuerzas colisionando en mi interior me convertían en un adolescente sin saber qué hacer.

Hubo un momento en el que noté algo por mis pies, algo que acariciaba mis piernas y que subía hacía arriba. Era ella que se había quitado su zapato y estaba metiéndome mano por debajo, sin que nadie lo supiera. A mi me encantaba, pero cuando llegó arriba vi que me estaba descontrolando, que me estaba animado demasiado y tuve que parar. Me excusé y me levanté para ir al lavabo, no sin vigilar de que no se viera que iba medio erecto. ¡Qué vergüenza si se viera! Al llegar al lavabo me limpié la cara e intenté tranquilizarme, pero no podía. Mientras más lo intentaba más me la imaginaba ella, seduciéndome, acercándose a mi, besándome, rozándome. Mi erección no iba a menos...Empecé a pensar en el trabajo, en los marrones que había tenido y los que tenía en ese momento, en Margaret Thatcher, en esos vídeos de gatitos tan graciosos, en lo sexy que era Úrsula, en sus labios y su lengua...noooo, Margaret Thatcher, Margaret Thatcher, Margaret Thatcher, gatitos, Margaret Thatcher, marrones, marrones...lo estaba consiguiendo. Margaret Thatcher, Margaret Thatcher, Margaret Thatcher...gatitos...

Ya más sereno me volví a tirarme agua por la cara, me sequé las manos y salí por la puerta del lavabo justo para casi darme de bruces con ella. Estaba en el pasillo, de pie, impidiéndome pasar y volver a la fiesta con una mirada desafiante y divertida a la vez. Tenía ganas de juerga. Se me acercó y me susurró: "¿A dónde vas? ¿Es que tienes prisa para volver a la fiesta?. Mientras me decía eso su mano se posó sobre mi pecho, haciendo eses sobre él, bajando hasta encontrar el hueco de la camiseta e intruduciéndola para poder tocar mi piel. Y acariciándome se iba acercando a mi cada vez más, la notaba muy cachonda. Yo aún aturdido no sabía que hacer, mis padres estaban a 10 metros de allí pero ella me ponía a 100. Sólo puede balbucear un "pero...con toda nuestra familia aquí..." mientras retrocedía evitando su contacto. "Sssssshhhhhhh, eso es lo bueno...calla y ven conmigo" me dijo mientras me cogía de la mano y me medio arrastraba hasta una habitación.

"No sólo es por la situación, estoy aquí a punto de follarte mientras toda ellos están tan cerca y nos podrían pillar en cualquier momento. Tú me pones my caliente, no sé que es lo que tienes además de ese precioso cuerpo que en breve voy a devorar de arriba abajo" comentaba Úrsula al entrar en la habitación mientras ponía su mano encima de mi pantalón notando ya mi excitación. Me tiró contra la pared y se abalanzó a besarme, primero en el cuello, por mi pecho, por mi cara y por mis labios dándome mordiscos y tocándome todas las partes de mi cuerpo. Yo ahí no pude resistirme más y dejándome llevar por mi pasión contenida la agarré por la cintura y cambié los papeles. La puse contra la pared usado mi cuerpo para impedirle escapar, mis manos agarrando sus muñecas en alto, mi cadera haciendo fuerza contra su culo para que notase mi polla erecta, mis labios sobre su cuello, besándolo y mordiéndolo. Luego, soltando sus manos pero vigilando que las mantuviera arriba pasé mi mano delante, por debajo de su blusa, para notar sus grandes pechos, apretarlos y acariciar sus pezones con mis dedos. Mi otra mano la usé para acariciar el resto de su cuerpo, su culo, su espalda, sus pierdas acabando por introducirla entre sus braguitas, por debajo de su falda para notar su humedad. Mis dedos acariciaron su clítoris en forma circular, de arriba a bajo, en elipse, notando como incrementaba un poco su tamaño. Luego buscando la fuente de calor introduje lentamente mi dedo del amor por su coño hasta alcanzar su punto g para poderselo acariciar y rozar. "Ummmmmm...siiiii" oí que susurraba de placer mientras sus caderas de movían de forma instintiva cómo si se estuviera follando a mi dedo.

Cuando me pareció que ya esta estaba a punto me quitó mi mano de su sexo y se giró y me dijo: "ahora vuelvo a mandar yo" y me empezó a desnudar, sin miramientos, a lo bestia. Mi camiseta voló, mis pantalones y mis calzoncillos fueron bajados a la vez con una rapidez sorprendente. Me tiró contra la cama y se quitó todo menos su faldita colocándose encima de mi. "No tenemos mucho tiempo y quiero sentir tu polla dentro de mi ya, ahora" dijo mientras se la metía y yo notaba ese calorcito y sensación que pocas cosas se pueden igualar. Ella estaba ya tan caliente que sólo empezar a cabalgar sobre mi empezó a gemir tan alto que temí que nos escucharan lo que me contuvo un poco pero que creo que a ella aún le puso más. "Uffff....aiii....ummmm" decía cada vez más fuerte y yo no entendía cómo podía ser que no nos escucharan. Pero su cuerpo, la manera de moverse y cómo gemía superaba a todo. Sentía su humedad en mi polla, su coño era una horno húmedo que se deslizaba arriba y abajo sobre mi. Creí que ella había llegado pero seguía, quería más y no podía parar. Yo ya estaba casi a punto pero quise alargarlo más. Me levante y la giré para ponerme encima de ella. La besé en los labios, en el cuello y en sus pezones. Ella descontrolada fue a buscar mi miembro para introducírselo otra vez, acerqué mi cadera y volví a notar ese placer sin descripción. Pero esta vez yo ponía el ritmo mientras le susurraba al oído:

"Nótame, siénteme, lentamente
observa como te deseo,
como te ofrezco una parte de mi,
para completarnos, para unirnos.

Nótame, siénteme, moderadamente
observo como te gusta,
como esperas esa parte de mi,
para ser uno, para dejar de ser dos.

Nótame, siénteme, rápidamente
tus labios, tu ojos, tu pelo,
tus pechos, tus piernas, tu culo,
todo me gusta en ti, todo me pone a mil.

Nótame, siénteme, frenéticamente,
tu mirada de deseo hacía a mi,
tus gritos de pasión descontrolada,
nos propulsan hacía el máximo placer.

Nótame, siénteme, abrázame.

En la cena después de aquello vi miradas extrañadas, habíamos estado realmente poco rato a solas pero más de lo normal para ir al lavabo. Por suerte había dos, ella comentó que estaba en sus días y por eso había tardado más de la cuenta. No nos volvimos a ver nunca más, se volvió a Francia aunque todavía seguimos hablando por internet de vez en cuando. Ahora ya no odio tanto las cenas familiares.

Déjame un comentario si te ha gustado!!

domingo, 10 de octubre de 2010

Ayer soñé contigo

Ayer soñé contigo,
ayer tuve una pesadilla.

Ayer soñé que estábamos juntos,
que me mirabas con deseo,
te acercabas y me besabas,
primero de manera muy tierna,
pero luego apasionadamente, sin control.

Ayer soñé contigo,
ayer tuve una pesadilla.

Ayer soñé que con sólo mirarte
tu piel se erizaba y tenías un escalofrío,
que besaba cada centímetro cuadrado de tu cuerpo,
y lamía tu piel como si fuera un helado
mientras tú te sentías en el paraíso.

Ayer soñé contigo,
ayer tuve una pesadilla.

Ayer soñé que mientras tu me comías la polla
yo te comía tu coño,
sin piedad, desenfrenadamente,
que los dos alcanzábamos la gloria
y que exhaustos nos dábamos un abrazo sin fin.

Ayer soñé contigo,
ayer tuve una pesadilla.

Ayer soñé contigo
y al despertar vi que no estabas conmigo,
que todo había sido fruto de imaginación,
que el destino aún no nos había unido,
ayer tuve una pesadilla.

(Si te ha gustado o cambiarías algo deja un comentario :)

Nuevo blog, primera historia

Primero de todo como buena persona educada me presento, soy el Sumo Sacerdote de Venus. En un sueño, mi diosa se me apareció y me encomendó la tarea de plasmar en relatos las fantasías de sus súbditos. Así mediante la palabra y la imaginación Venus extendería el deseo sexual entre los mortales aumentando su poder.

Y he aquí el primero de ellos:

Menudo día! Cómo siempre no he parado desde que me he levantado: asearme, preparar a mis hijos, el desayuno, poner una lavadora y llevarlos al cole, entre otras cosas. Mi ex tampoco me ayudaba mucho antes, pero estando sola es aún más duro.

Y después de todo tengo que llegar al trabajo cómo si tuviese las pilas cargadas a tope. Y hoy las necesito al 110%. Reuniones por aquí, mails de personas que no me caen bien, que siempre me están reclamando las cosas para ayer, broncas de mis jefes por algo que han hecho mal ellos, etc.

El único momento bueno fue cuando el del agua vino a reponer las botellas. Es la sensación de la oficina y eso que sólo viene dos veces al mes. Pelo largo, liso y castaño, se nota que se lo cuida. Sus músculos amplios y definidos se tensan y marcan al llevar la botella de agua cómo si no llevara camiseta. Un culo que tengo que controlarme para no lanzarme y morderselo, duro y respingón. Una sonrisa que ilumina la oficina y enciende mis entrañas. Y unos ojos color avellana, grandes y de mirada penetrante y seductora.

Y semejante ángel venido del infierno se ha follado a quien ha querido de la oficina menos a mi. Y no porque no me atraiga, me deshago cuando lo veo y cuando me mira sé que mi ojos dicen un "ven, abrázame con tus fuertes brazos y protégeme y luego si es posible hazme gritar de placer". Pero nunca he podido hacer estas cosas, sin contar algún pequeño error mis únicas relaciones adultas fueron con mi ex. Creo que me costaría poder separar mis emociones y aunque no entiendo mucho el porqué, mi cuerpo es mío y debería hacer lo que quisiera con él, me preocupa un poquito qué podrían pensar de mi.

Pero si él es malo yo soy peor. Los días que viene me arreglo más, me sigo poniendo ropa de trabajo pero más ceñida y más sexy de lo habitual. Mi cuerpo me lo permite. Hoy llevo un traje rojo, de falda cortita y chaqueta, y debajo una camiseta blanca con un amplio escote dejando ver mis enormes y firmes pechos. Piernas largas y definidas moldeadas de horas corriendo en el gimnasio, un culito respingón unido a una cintura de avispa que pone a los chicos muy nerviosos. Y sé que tengo ese efecto en él, soy su máximo objetivo. Cuando viene nuestras miradas se cruzan y el tiempo se detiene durante unos instantes. Él me saluda y me comenta lo guapa que estoy, le digo que es muy amable pero que tengo trabajo. Sé que él sabe que me atrae y mis negativas a seguirle el juego le encienden aún más. Me propone citas, aventuras, cenas románicas, ir al cine e incluso a veces sexo sin compasión pero siempre obtiene de mi lo mismo, un no. Me gusta su juego pero no le doy pie a más.

Y hoy me tengo que quedar un rato más, tengo mucho trabajo y no me puedo permitir dejarlo para otro día, la crisis es dura y se nota aunque tengas trabajo, todos aprietan mucho más. Estoy realmente harta, sueño con un día dejarlo todo y viajar por el mundo pero entonces recuerdo a los seres que más quiero en mi vida, mis hijos, y me dan fuerzas para continuar. Hoy no tengo que ir a buscarlos, su abuela los irá a recoger al colegio y luego estarán con sus actividades extraescolares. 

Pasa hora y media de mi jornada, parece que ya no hay nadie en la oficina pero al menos he acabado por hoy. Recojo mis cosas y bajo en el ascensor. Sin querer y supongo que debido a mi cansancio pico al -1 y salgo ya en modo automático, en lugar de al -2 que es el parking. Me doy cuenta que no estoy en el sitio adecuado y me dispongo a volver algo avergonzada y esperando que no me haya visto nadie cuando oigo un ruido. Bueno, parece cómo un gemido en realidad, viene del almacén. Ahora unas risas de mujer seguidas de una voz masculina. Me suena esa voz…es del aguador de cuerpo perfecto. Mi curiosidad puede más que mi vergüenza y me pongo a investigar lo más silenciosamente que puedo. Me acerco al almacén sigilosamente y saco un poco la cabeza…nadie. Pero los oigo más cerca ahora.

Al fondo veo movimiento y, aprovechando las estanterías y unas cajas me aproximo sin ser vista. Detrás de unas cajas agazapada ya los puedo ver perfectamente en plena opción. Está él con una chica, ella me suena, creo que es una de las nuevas secretarias. Ella está estirada encima de una mesa, con la falda subida. Puedo ver que sus bragas están tiradas en el suelo a unos metros de ella. Él sin camiseta tiene su cabeza encima de su coño, comiendoselo, relamiendondoselo. Sus movimientos de lengua parecen encantar a la chica que acaricia con una mano el cabello de él y con la otra a ratos se muerde un dedo y a ratos se acaricia los pechos. Ante tal escena me pongo colorada, no sé muy bien que hacer. Debería irme, sería lo correcto…pero no quiero. La escena me excita, él me excita, ver cómo la hace gozar me excita. Pensar que estoy observándolos sin que me vean me excita. Me quedo y sigo observando, ya tendré luego remordimientos, pero esto no me lo pierdo. Nadie sabrá que he estado aquí, me moriría si se supiera.

Ahora ella gime más fuerza y de vez en cuando dice: "joder, joder….me voy a correr!" Él le dice que no hay nada que quiera ahora más en el mundo, que se suelte y que se deje llevar y sigue a lo suyo. Veo cómo va variando sus movimientos, como usa su lengua al rededor del clítoris y por sus labios pero estoy demasiado lejos para verlo exactamente. Pero sí veo que a ella le gusta, está sudando y creo que debe estar a punto. Gime y su cadera se convulsiona con movimientos que no puede controlar. Dice: "siii, joder! joder! ya llego, ya llego! aiiii..aiiii" y se calla. Con su mano le indica que ya llegó y él se levanta y se pone en la mesa al lado de ella, abrazándola con sus fuertes brazos mientras le da un beso en la frente. A ella aún le tiemblan las piernas y con respiración frenética sonríe mientras se deja abrazar. Parece estar en el cielo. Así pasa un minuto o dos mientras yo no me puedo creer lo que acabo de ver. Todo esto me ha dejado muy húmeda, estoy totalmente excitada deseando estar con él, deseando haber sido ella.

Ahora ella se levanta y luego él que la intenta coger de la cintura a lo que ella lo separa y le dice que se esté quieto. Se quita el vestido y se queda totalmente desnuda. Puedo entender por qué la ha escogido, es de esas chicas con las que me podría plantear probar nuevas cosas. Se acerca a él, posa sus manos sobre su cinturón y se lo quita mientras ríe. Luego un botón, dos botones y tres botones. Su polla se marca perfectamente por debajo de sus calzoncillos. Ella le acaba de bajar los pantalones y se los quita. Yo, ya húmeda de la escena anterior, no me puedo controlar y  deslizo mi mano por debajo de mi falda y mis bragas. Empiezo a masturbarme, con delicadeza. Conozco bien mi cuerpo y si quiero puedo llegar rápidamente pero no lo quiero hacer, quiero saborearlo y disfrutarlo mientras los observo. Ahora ella se agacha y juega con su lengua y boca por encima todavía sin quitarle su ropa interior. Él parece estar en el cielo. Después de los primeros juegos, se los baja y agarra su pene erecto con su mano. Lo acaricia y desliza su mano de arriba a abajo. Usa su lengua en el capullo, recoriendolo con formas circulares. Se la mete en su boca y empieza a comerselo. Con una sonrisa de placer y su polla totalmente erecta le acaricia el pelo.

Yo estoy a punto de estallar, pensaba controlarme pero no puedo. Cada roce por más suave y controlado que lo intente me hacen dar un paso más hacia el orgasmo. Nunca me había pasado algo así. Gimo pero consigo controlarme y no hacerlo muy fuerte. Espero que no me hayan oído. Miro y parece que siguen  igual. Ella se mete su polla hasta dentro de su garganta y luego se la saca mientras su mano acompaña sus movimientos deslizandola como si fuera una zambomba. Su otra mano en su coño, usando dos de sus dedos para masturbase a la vez. Mientras miro sigo con lo mío, no recuerdo una situación más morbosa que esta, de más plena satisfacción sexual. Se me escapa un gemido, esta vez más fuerte y luego otro. Ya no me importa, estoy a punto y no puedo parar, espero que estén demasiado ocupados como para preocuparme por mi. Después de unos segundos llego finamente al clímax, me corro y me tiro en el suelo. Estoy exhausta, temblando y sudando. Al cabo de medio minuto, cuando puedo volver a respirar más o menos de forma normal me giro y los miro. Ahora ella está de espaldas, agachada y él por detrás la está penetrando. Me gustaría quedarme pero ahora más calmada decido que es el momento de irme. No quiero que me descubran. Salgo del almacén mientras ellos siguen a su faena, aún los puedo oír incluso más claramente que al principio. Cojo el ascensor y, aunque todavía temblorosa, aprieto el botón adecuado. Ahora sólo puedo pensar en lo que he visto, en llegar a casa, darme una ducha y volver a imaginarme toda la escena. Una y otra vez.

(Si te ha gustado o cambiarías algo deja un comentario :)


Este relato tiene ya una continuación en Dejándome llevar