jueves, 10 de noviembre de 2016

Te deseo

Es casi la hora. Mientras la espero intentando leer algo, mi cabeza no puede apenas concentrarse. Mi mente solo puede pensar en ella. Sus intensos ojos, capaces de penetrar mi alma. Su voz, suave y seductora. Su cuerpo esculpido por dios siguiendo instrucciones mías y luego retocado por el diablo. Pero sobretodo su forma de ser, su esencia.

Conectamos muy rápido, una broma por aquí un jaja por allá. Un hoy soñaré contigo y un ya me contarás como ha ido. Pero el sueño, aún pudiendo sentirla por momentos algo más cerca, solo sirvió para quererla conocer aún más. Sentía que el tiempo que faltaba hasta verla me quemaba por dentro, recordándome que aún no podía olerla ni tocarla. Aún siendo un hombre seguro de mi mismo y el buen feeling que había entre ella y yo, reconozco que estaba un poco nervioso. Era imposible no estarlo ante la espera de la aparición de mi diosa.

Había poco plan y mucha improvisación. Una cena cocinada con todo mi cariño, la luna y unas velas rojas iluminando nuestras conversación y risas. En algún momento, un pequeño roce accidental de nuestras manos acompañado de la sensación más gloriosa que puede experimentar un ser humano: sentir el alma de otra persona, viendo cómo brillan ambas de deleite y anhelando fundirse de nuevo, poco a poco, como dos galaxias que cruzan sus caminos para ser algo más.

¿Y sabes qué? Ella eres tu. Te deseo, te anhelo y te añoro aún sin haberte conocido.

Te espero.

sábado, 19 de marzo de 2011

Casibesos





Este relato lo escribí y luego se lo pasé a una amiga y ella lo reescribió añadiendo y modificando cosillas por aquí y por allá. Espero que os guste y un beso a Lola por este experimento que hemos hecho.


Estaba nervioso, no mucho, pero un poco sí. Después de haber visto las fotos y escuchar la voz dulce y a la vez apasionada de Luz, me hubiese sido difícil negar que si lo estaba.
No era la primera vez que tenía una cita a ciegas pero no dejaba de pensar en el día en el que por fin nos veríamos, que hablaríamos, que haríamos, no sé...mil cosas a la vez. Y por supuesto en su cuerpo, en sus pechos, en sus piernas y si su piel sería tan suave como parecía. Pero sobretodo si tendría la oportunidad de besar esos labios que pedían a gritos en mi imaginación ser besados por mí.

Y el día de vernos llegó, era 
una tarde preciosa de primavera y mientras yo la estaba esperando de repente alguien me tocó por la espalda, me giré y me preguntó: "Carlos? eres tú? soy Luz", inmediatamente reconocí su voz, era ella, y como su nombre indica cuando me volví toda ella iluminó mi cara, era encantadora, nos presentamos entre risas, nos dimos los típicos dos besos y ohhhhhhhh, desprendía un aroma que no se parecia a ningún otro perfume que hubiera olido antes, era una mezcla de flores del campo..... no sé......

jazmines, amapolas.....era como ella, especial.


Entonces sin mas preambulos nos fuimos a tomar algo y a conocernos un poquito mejor, fuimos a un lugar cercano de estilo árabe, dónde los sofás son como cojines enormes, de esa forma la cercanía sería más propicia, ¡DIOS! que ganas tenía de tocarle, de rozarla.........., pero..........tenía que controlarme, nos sentamos uno en frente del otro, empezamos a explicarnos cosas el uno del otro, a coquetear un poquito, hasta que me miro con sus enormes ojos fijamente y agarro un hielo de mi bebida, primero se lo pasó por sus labios y a continuación lo usó conmigo, primero me lanzó unas gotitas, despues se acercó un poco más y me acarició el cuello, uffffffffffffff la verdad es que estaba frio, pero me encantó, me puso el vello de punta, y después me levantó la camiseta y me lo pasó haciendo circulitos alrededor de mi ombligo, a continuación y sin quitarme la mirada de los ojos en ningun momento, se lo comió, todo era un juego y ahora me tocaba a mi.


Le susurré al oido que cerrara los ojos y pusiera su preciosa cabecita hacia atrás, entonces me coloqué detrás de ella y empecé a masajearla con las yemas de mis dedos por su cuero cabelludo, suavemente pero firme a la vez y lentamente subiendo mis manos hasta las sienes, provocandole una especie de relajacion, pero eso si, la justa para mantenerla en alerta, caliente.... entonces con solo un dedo comencé a acariciar su frente, su nariz, sus labios....... tan deseados por mí......., continué las caricias por el cuello, los brazos .....en ese momento fue a ella a la que se erizó el vello.


Entonces la hice girar y mientras lo hacía acerqué mis labios a sus labios, pero esperando a que pudiera ver mis ojos y yo suyos. Vi su asombro en ellos pero inmediatamente ese asombro se convirtió en deseo.

Mientras nuestros labios se acercaban y nuestra mirada ardía de deseo, mientras experimentábamos ese momento indescriptible, imposible de repetir, vi algo en los ojos de ella, un pequeño destello, tras lo cual se apartó y puso un dedo en mis labios.

"Shhhhh, se me ha ocurrido una idea. Podríamos besarnos ahora, y estaría muy bien, te deseo y necesito el contacto de tus labios en los míos, pero lo vamos a hacer mejor. Para que veas que soy buena te propongo dos alternativas:

1. Besarnos ahora y dejarnos llevar luego a lo que nos apetezca. Seguro que lo podemos pasar muy bien.

2. Casi besarnos 3 veces (una ya la hicimos) y no besarnos realmente hasta la cuarta. Pero no aquí, ni en el mismo sitio. Me llevarás en tu moto a tres sitios más y en cada uno de los sitios menos el último nos casi besaremos. Con cada casibeso nuestro deseo aumentará y aumentará y cuando realmente lo hagamos será memorable. Es muy importante el autocontrol en esto y para que funcione hemos de jurarnos que si nos besamos antes de tiempo no habrá nada más luego.

Así pues, cual eliges?"

"Sabes que aunque me muera ahora mismo por tenerte, por sentir tus labios, no me has dejado realmente opción, una oferta tan irresistible como la segunda es algo que no se puede rechazar. Deseo jugar, deseo que casi me beses hasta que no pueda más. Y juro que si no me puedo controlar no habrá nada más"

"Perfecto" dijo cogiéndome de la mano llevándome hacía la salida del bar, con muchas ganas de empezar el juego. "Tú llevas la moto, tú escoges los sitios".

Una vez en mi moto, una 600, todavía no sabía dónde ir, así que empecé a conducir sin rumbo mientras pensaba, mientras ella se agarraba fuertemente a mi. Ahora sí estaba nervioso, anhelando el siguiente casi beso...



Poco me duró vagar sin rumbo, iba a apostar fuerte para el primer sitio, sería la plaza Catalunya, la plaza más importante de Barcelona, justo en medio, dónde todo el mundo nos viese. Así que después de 10 minutos llevamos, aparqué la moto y de la mano la llevé hasta el mismo centro. Cuando llegamos nos colocamos a cinco metros el uno del otro, nos quedamos mirándonos durante un minuto, se me hizo eterno, lo de alrededor no importaba, aquella muñequita me tenia descolocado y mi entrepierna parecia reventar, entonces nos empezamos a acercar, pero lentamente, cuatro metros, tres metros, dos metros, un metro, tenia ser sutil, pero su aroma, sus pechos, pufffffffff medio metro, 25 centimetros, 10 centimetros, sólo tenia que inclinar la cabeza y nuestros labios estarián tan cerca.............., pero no, le acaricie la cara y estuvimos a un centímetro y entonces la besé en la nariz, tortura? puede, pero no era el momento.


Ella con su preciosa sonrisa,me cogió de la mano me dijo............ "chico malo", a donde vamos a ahora?, 


Sólo faltaban dos sitios, y el tercero ya sabía cual iba a ser. Pero a dónde podría ir ahora? Le dije sube y nos fuimos a la playa, a la Barceloneta. Y mientras íbamos de esa forma note como Luz estaba excitada, se pegaba mucho a mi y a la vez me rodeaba con sus brazos mi cintura y mi pecho, ademas en alguna que otra frenada se agarraba a mis piernas, con subidas y bajadas, de casi mis rodillas a mis inglés,ufffffffffffffffff era tan tan dulce y pasional a la vez que me estaba volviendo loco.


Cuando llegamos a la playa el mar estaba calmado, así que nos quitamos los zapatos y nos remangamos los pantalones para pasear por la orilla, quizás fue una forma de de calmar los instintos, ella hablaba mientras los últimos rayos de Sol envolvían su cuerpo y dejaban al tras luz de su blusa poder adivinar dos magnificos pechos. 


No hacía calor pero no teníamos frío. Esta vez nos dimos de la mano y estuvimos un rato mirando al horizonte, mientras de tanto en tanto mirábamos de reojo al otro, como esperando a su acercamiento. Nos acercamos todavía de lado, apoyando nuestra cabeza en la del otro luego empezamos a girarla lentamente, mejilla contra mejilla, hasta acercarse peligrosamente nuestros labios. Esta vez nuestro autocontrol falló, el anhelo por besarnos era demasiado grande. Tal vez prefería besarla ya y que luego no pasara nada más. Necesitaba sentir su boca, su calor y su lengua. Necesitaba sentir su deseo por mi.

Sólo la suerte nos salvó, ya que justo en ese momento una ola más grande que todas las anteriores llegó a nosotros y nos mojó hasta más allá de las rodillas. Podíamos seguir jugando.



Aún así mi fiebre y el evidente hinchazón de había entre mis piernas no bajaba de ninguna manera, fuimos hacia la moto y le dije ¡de esta no te escapas!!!!!!!!!! y ella sonriente dijo, ¿a dónde me llevas?, dame una pista!!, y yo le contesté, al Laberinto de Horta, uno muy famoso de Barcelona, ya verás jugaremos un poquito y será divertido.


Tardamos unos veinte minutos en llegar, veinte minutos excitantes, deseados, deseando de llegar para saber que pasaría, no sé.........., ella no paraba de acercase a mi y yo la deseaba, sobre todo porque el juego era no besarse, en fin, llegamos al Laberinto, y como explicarlo, es uno de esos lugares que me encanta, con jardines, fuentes, plantas y flores, pero de noche era distinto, parecia mágico, no es muy grande, pero si lo suficiente para perderse durante unos minutos si no lo conoces (la idea era esa).


Entonces le propuse un juego, ella entraría por la salida y yo por la entrada, el punto de encuentro sería el centro, había que darse prisa el ansiado beso me esperaba.


Reconozco que yo había ido varias veces, pero no encontraba el centro y además ya habían apagado varias farolas, sólo había la tenue luz de la Luna, entonces empecé a correr de un lado para otro, la busqué y no la encontraba, opté por retroceder, me caí y cuando ya pensaba que se había ido apareció una sombra que se abalanzó hacía mí, ¡¡¡DIOS!!!, era ella, empezamos a besarnos sin decirnos nada, todo fue muy rápido, me besó como si no hubiera un mañana, realmente estábamos excitadísimos, mi polla estaba tan dura que si tardaba un poco más en desabrocharme los pantalones lo hubiera hecho yo mismo, al mismo tiempo se los quite yo a ella, se deslizaron por aquellos muslos sedosos............... le levante la blusa y le lami los pechos, Diosssssssssssss aquellas tetas sabian a miel, eran un manjar digno de dioses, no se como lo hizo pero entonces bajo su cabeza y continuamos besandonos cuando escuchamos la voz de los vigilantes anunciando que ya cerraban, nos miramos y me susurró al oído que se lo hiciera, yo le pasé los dedos en su chochito, umhhhhhhhhhh, y comprobé que estaba caliente y mojado, así que le bajé sus braguitas, la agarré con las piernas abiertas y al abrazarla la apoyé contra un arbol, lo cierto es que fue una armonía indescriptible, cuando introduje mi polla en su cueva caliente y suave mientras nuestras lenguas se entrelazaban entre sí, uffffffffffffffffffff y el vaiven mientras me agarraba a sus nalgas, y sus pechos.................. y los guardias.........., al final en un suspiro de satisfacción se desplomó, y a los dos segundos a mi me pasó lo mismo.


Nos quedamos quietos abrazados de pie apoyados en aquel árbol, cuando volvimos a oir a los guardias, corriendo entre sudor y risas, nos vestimos como pudimos y salimos de alli. Luz me miró a los ojos y me dijo:
Ahora mando yo, vamos a ir mi casa, que me debes unas cuantas caricias y besos de verdad.................... por hoy ya hubo suficiente CASI BESOS.


Si os ha gustado dejadme un comentario, Venus y yo os lo agradeceremos.

miércoles, 5 de enero de 2011

Dejándome llevar

Continuación del relato de la oficinista y el aguador. Si no lo has leído es mejor que te lo leas antes que el relato a continuación.

"Mamá, mamá! Estás bien? Mamaaaaaa"
"qué? qué pasa?"
"Tenías una pesadilla, quería ayudarte, como haces tú. Yo te cuido, mami!"
"qué? una pesadilla?...ahh..sí, ya sabes que mami últimamente tiene sueños raros, pero no te preocupes que ya estoy bien. Pero eres un encanto...aiiinsss cómo te quiero!" le dije a mi hija dándole un fuerte abrazo, sudando y aún perturbada por el sueño que había tenido. Un sueño que se repetía últimamente estos días. Un sueño que mis hijos confundían con pesadillas por mis pequeños gritos, jadeos y gemidos. Algo totalmente comprensible en sus inocentes mentes.

Pero no era una pesadilla, eran mis mejores experiencias sexuales desde hacía tiempo. Soñaba con él, soñaba con aquel día en que lo vi en acción, soñaba que yo era ella, que me poseía en el almacén. A veces llegaba al orgasmo durante el sueño, otras me despertaba a punto, sudando y temblando y acababa con mi mano. Aquel día se había destapado algo en mi, un deseo pasional que recorría mis huesos. No era amor de colegiala, era simplemente deseo sexual. ¿Cómo podía ser que me pasara esto a mi?

Cada mañana desde que tuve el primer sueño me hacía esa pregunta. Estaba muy tranquila antes, no necesitaba sentir esto, ni necesitaba nuevas complicaciones. Pero había ocurrido y ya no podía negar más lo que sentía. A ratos me encendía, me ponía muy caliente. Y ya no sólo al pensar en él, no podía no humedecerme un poco al ver el culo prieto de un chico atractivo por la calle. Mi mente se disparaba y me lo imaginaba besándome por todo el cuerpo, por todas partes imaginables. Era insólito.

Al principio no sabía qué hacer, intentaba reprimirme y culparme por haber presenciado la escena. Después  me resigné y lo asumí. No me podía culpar de seguir lo que deseaba en ese momento, los momentos de represión por presión social los había dejado atrás. Tal vez fue en ese momento cuando recapacité, pero no estoy segura. Después de varias semanas lo decidí, iba a liberarme totalmente, no sólo asumiría mi nueva faceta, si no que la disfrutaría. Y justo ese día en el que mi hija me despertó de mi "pesadilla" le tocaba al del agua aparecer por la oficina. E iba a hacer lo necesario para que se le grabara a fuego.

Me puse una falda cortita y una camiseta de escote generoso. Para realzar mis piernas unos zapatos divinos con algo más de tacón de lo necesario para ir a trabajar. Estaba muy atractiva y me sentía arrebatadora. Al infierno con la modestia, se les iba a caer la baba a todos, especialmente a él. Para rematar me puse mi perfume favorito para cuando quiero estar muy sexy: Diamonds, de Emporio Armani. Ummm, qué bien olía, dulce y afrutado pero indistinguiblemente sensual.

Cómo buena madre y mujer hice todas mis tareas a hipervelocidad, llevé a mis hijos al cole y puede llegar a la hora al trabajo, como siempre hacía. Vi que los hombres me miraban más que de costumbre, yo era el bombón de la oficina pero ya estaban acostumbrados a mi aunque hoy se les volvia a caer a algunos la baba. Una sonrisa de pícara y de satisfacción asomó por mi cara.

Llegué a mi puesto de trabajo y me comentaron lo guapa que me había puesto, me preguntaron si iba a algún lado luego, que si todo era por un hombre. Yo no soltaba prenda pero me divertía todo el asunto aunque estaba realmente impaciente, no podía esperar a que llegara la hora. La hora de él. Del chico de mis sueños, el que me bendecía con orgasmos sin ni siquiera tocarme. Pero hoy lo haría, y tanto que lo haría. Aunque la hora no llegaba, qué lento que pasa el tiempo cuando tu máximo deseo es que pase rápido. Tengo la teoría de que el tiempo pasa inversamente proporcional a tus deseos. Si lo quieres lento pasa rápido y si lo quieres rápido pasa lento. Llegó la media mañana y no vino, llegó el medio día y no vino. A media tarde ya estaba desesperada, no iba a venir, me puse un poco de mala hostia.

Entonces oí una voz, una voz con la que había soñado, disfrutado y gozado. Era la voz de él, una voz grave, profunda y segura de si misma. Mira cara cambió, de decepcionada a ilusionada. Qué bueno era!, ¿cómo podía ser que sólo con venir más tarde me hubiese descolocado tanto? Pero yo no era tan fácil de vencer. Hoy iba a ser mi día. Apareció unos segundos después, esa sonrisa radiante junto a un cuerpo increíble. Qué brazos, qué piernas, qué pecho. ¿Cómo podía ser que ya estuviese húmeda? Esta vez pasó por al lado mío y su mirada en mi me hizo temblar. "Qué bien hueles preciosa" dijo mientras llevaba la botella a la máquina para cambiarla. Una botella de esas nos duraba entre tres semanas y un mes ya que en nuestro departamento no había mucha gente. Era el momento de empezar la acción.

Me levanté y fui hacía él que también se había puesto perfume así que acerqué mi nariz a su cuello y lo olí. "Ummm...hueles muy bien...Acqua di Gió, verdad?". Le pillé un poco de sorpresa y me encantó, y a él incluso más. Me giré para volver a mi puesto pero sólo había dado dos pasos cuando me dio un fuerte manotazo en mi duro trasero. Uff...durante un momento tuve el instinto de darle una hostia pero fue menos de un segundo. Creo que nadie le vio, ni nadie me vio como volvía a mi silla más caliente que una perra en celo. Otra vez llevaba él la iniciativa, qué maldito chico listo. Entonces fui rápidamente al lavabo que justo estaba al lado y volví en menos de un minuto. Junto a la máquina estaba él, haciendo ver se la miraba, disimulando mientras me esperaba. Me volví a sentar en la silla, me giré hacía él y abrí mis piernas para que pudiera ver que ya no llevaba las bragas. Los ojos se le abrieron de par en par y luego perdió un poco el autocontrol al poner cara de salido mientras se lamía los labios. Había conseguido retomar la iniciativa y no quería perderla de nuevo así que ataqué otra vez. Me acerqué a él, rondeándolo para llegar a la máquina de agua rozando su brazo son un dedo mío. Me puse agua en un vaso y oohhh, qué torpe que fui al tirarme por encima de mis pechos parte del agua que había en mi vaso. Mi blusa se transparentó y mis pezones no tardaron en ponerse duros y firmes. Y sentí que ya nadie podía pararme.

Con una erección algo visible, y temblándole algo la voz me dijo: "¿Así que ahora te gusta jugar? Pensé que te iba más lo de mirar desde detrás de las cajas mientras te tocas". Me quedé helada durante un momento..así que él lo sabía todo...uffff...rememorar ahora ese momento sabiendo que él era consciente de mi, que de alguna manera había actuado también para mi me excitó aún más. "Calla, guarro, y tú a tu trabajo que es reponer el agua" le dije mientras hacía ver que me había ofendido y salía del despacho destino al lugar de mis sueños: el almacén.

Sabía con una certeza casi absoluta que él iba a venir y no pasaron más de 3 minutos cuando nos encontramos a solas. Sin mediar palabra me acercó a él rodeándome con una mano mi cintura y me besó. Me besó en el cuello, en la oreja, en el hombro, en la mejilla. Y me besó en los labios. Un beso de esos que empieza tierno y suave pero que se trasforma en una tormenta de pasión desbocada. Sus manos y las mías recorriendo nuestros cuerpos, tocándonos y acariciándonos. Casi llego al orgasmo y solo era con beso! No me lo podía creer. Entonces me quitó la falda y de manera vasi violenta me puso sobre la mesa en la que habían estado ellos semanas atrás. Me abrió las piernas y bajó su cabeza sobre mi coñito húmedo, y hambriento. Me dio unos cuantos besitos alrededor y cada uno de ellos era como una bala de placer. Si con el beso estuve a punto ahora lo estaba más. Y entonces rozó con su lengua mis labios y mi clítoris hinchado. Fue muy leve el roce pero grité, grité y gemí por haberme corrido. Y tan sólo fue con el primer roce. ¿Cómo podía hacer eso este chico? En ese momento ya no importaba porque, aunque había visto que me había corrido, él seguía con lo suyo. Primero su lengua recorría y acariciaba mi clítoris y lo alternava con uno de sus dedos. Ummmm...menuda sensación y contraste, me encantaba y aún sin ser multiorgásmica notaba que volvía a estar preparada. Después mientras usaba la lengua para penetrarme con ella volvía a masajear mi clítoris y labios con sus dedos. Por dios ¿cómo podía ser tan bueno? Estaba  a punto de explotar, sólo necesitaba el toque final. Y bien que lo supo hacer, ahora volvía a lamerme mi botoncito y con varios dedos de su mano que había introducido en mi vagina apretaba durante un tiempo variable mi punto G. La intensidad del orgasmo que tuve hizo que el primero fuera poca cosa, nímio comparado. Mis piernas temblaron como nunca lo habían hecho, y sudaba como si en una sauna estuviese.

Riinngggg, ringggg...sonó su móvil antes de que él respondiera. Por la cara que puso parecía algo importante. "Nena, hoy te has llevado lo tuyo, te tengo que dejar pero que sepas que yo quiero lo mío...en otro momento". Me dio un pico en los labios y se marchó. Así que ahí estaba, después de tener el mejor orgasmo en mi vida, sin poder caminar por el tembleque de mis piernas y sin poder "darle lo suyo".

Pero no me preocupé, hoy no sería, pero se lo daría...sabía que se lo daría...sólo tenía que dejarme llevar.

viernes, 31 de diciembre de 2010

Feliz año 2011 en bolas!


Venus os desea Feliz año nuevo, muchos orgasmos y sobretodo muchas fuerzas para dar placer!

Y también fuerzas para el sacerdote para poder escribir un nuevo relato, que vendrá por reyes, la continuación de la oficinista y el aguador!

martes, 7 de diciembre de 2010

La enfermera

Hace un tiempo me lesioné y me rompí una pierna. Podría decir que había sido mientras practicaba parapente, rafting o mientras corría con mi coche de carreras pero sería una gran mentira ya que nunca he practicado esos deportes ni tengo un coche de competición. Pero me da un poco de vergüenza decir que simplemente que me caí por las escaleras por mirar a la vecina.

Aunque no sea algo muy grave mientras te curas de algo así estás bastante limitado ya que no puedes valerte por ti mismo, ni hacer las cosas más simples como hacer la comida, ir al trabajo o ducharte. Afortunadamente existe una ayuda del estado que te facilita unas horas al día una enfermera-asistente, para controlar un poco la evolución del paciente y para ayudarlo en algunas cosas básicas de la casa. Así que solicité la ayuda y me la concedieron. Al día siguiente tendría alguien que me iba a ayudar un poco en las nuevas dificultades del día a día.

Y llegó el día siguiente, a la hora prevista picaron al timbre y no sin dificultades pude ir a abrir: ¿Quien es? Soy la enfermera, dijo una voz femenina con pinta de salir de un cuerpo más joven del que imaginaba. Mientras subía me puse un poco nervioso, yo esperaba una mujer mayor, no bien tratada por los años o incluso podría haber sido un hombre. Pero esa bonita voz me hizo cambiar e imaginarme algo diferente. En mi mente bailaban imágenes de enfermeras sexys pero, mientras se me hacía eterno el eco de sus zapatos en la escalera, quise quitarme esas ideas.

Un zapato pegado a una bonita pierna apareció en mi horizonte visual mientras mis pulsaciones se disparaban. Pum-pum......pum-pum. Detrás de ese zapato apareció el resto un cuerpo resguardado por una bata blanca que no podía hacer mucho para ocultar sus formas. Pum-pum..pum-pum latía mi corazón más fuerte. Me habían asignado a una chica playboy como enfermera, sólo faltaban unos escalones y me había quedado sin habla y completamente rojo. Y para rematar mientras se acercaba empecé a saborear un olor maravilloso que provenía de ella. Naranja...sí, olia a naranja y azahar. Delicioso y sensual.


"Hola!, soy Natalia, me han asignado para cuidarte. Puedo pasar?"......"hola? estás bien?"...."Cccclaro, pasa, pasa" le contesté después de haber recuperado el habla y pensando que no sería tan bonito si esto me iba a pasar más veces, viendo su hermosura sin poder hacer nada. Al sentarme en el sofá ella me ayudó, me levantó la pierna y la posó sobre una mesita con un cojín que tenía, rozándome suavemente con su mano mi rodilla y mirándome sonriendo mientras una nueva tonalidad de su perfume era descubierta, jazmín. Ese simple roce combinado con su fragancia y aroma hizo que se me pusiera la carne de gallina y recorriera por todo mi cuerpo un delicioso escalofrío.

Luego estuvo un rato ordenando un poco la casa, que falta le hacía, mientras yo leía un libro. La verdad es que no me sentía totalmente cómodo dejando que ella hiciese mi trabajo, pero supongo que por eso la pagaba el estado que somos todos. Tampoco me podía concentrar mucho rememorando ese instante en el cual nuestros cuerpos se rozaron. Natalia era realmente atractiva, con unas curvas muy sensuales y, mientras leía 4 veces la misma línea, me imaginaba escenas bastante subidas de tono. Al cabo de un rato volvió y me dijo que era hora de la ducha que le indicara dónde tenía las toallas y el albornoz.

De 0 a 100 en 4 segundos. Mi corazón supo lo que se siente al acelerar como un superdeportivo. Iba a ayudarme a duchar. Ella. La chica que con sólo mirarla y olerla hacia que me pusiera nervioso y que una parte de mi cuerpo se endureciese. No podría disimular mi excitación, sólo de pensarlo la cosa se agravaba. Mientras hacía vanos esfuerzos por controlarme vino ella y me dijo: "Preparado? Lo tengo todo listo y dispuesto". Yo sólo logré decir: "eeeeee es igual, yyyyaaaa me ducharé otro día, no importa, es serio" a lo cual ella no hizo caso y me ayudó a ir al baño aún a pesar de mis negativas. Entramos con mi sangre concentrada en dos sitios, en mi cara roja como un tomate y mi pene semi erecto. Ella me miró, me observó y evaluó y sonrió. No una sonrisa burlesca, ni de compromiso sino una pícara y encantadoramente sensual. Se acercó y me ayudó a sentarme en una baqueta especial que había puesto dentro de la ducha y empezó a desnudarme con cuidado para no hacerme daño. Fue muy quirúrgico y efectivo, se le notaba su experiencia y aquí primaba el ser cuidadoso. Mientras me desnudaba se completó el puzle olfativo, me faltaba la miel y la vainilla; definitivamente era Armani Code Woman. Delicioso.

Y allí estaba yo, sentado en medio de la ducha, con una pata fuera, desnudo y erecto. A mi lado Natalia, un bombón con una esponja en la mano y preparada para ducharme. "Me gusta tu cuerpo, debes ir mucho al gimnasio" dijo y acto seguido cogió la ducha y me mojó el pelo entre risas, como una niña traviesa. Luego el campú masajeándome el cuero cabelludo. Viendo que a ella no le importaba mi excitación (o que incluso le divertia) me limité a disfrutar, a sentir sus dedos en mi. Un poco más y me duermo de tan bien que lo hacía pero un chorro de agua fría me devolvió la consciencia. Yo se lo devolví tirandole las gotas que corrían por mi cuerpo. "Así que eres un niño travieso, no? A eso no me gana nadie" me dijo entre risas. Entonces puso jabón a la esponja y empezó a pasarla sobre mi piel. Empezó primero por los pies, por el pie más bien ya que el otro estaba fuera semioculto por la escayola. Subió por mi pierna hasta mi ingle, mi culo y mi cadera. Luego los brazos, los hombros y la espalda y el cuello. Mientras hacía todo esto se acercaba y me rozaba con sus grandes y bonitos pechos. Y no sé cuando lo había hecho pero se había desabrochado varios botones de su bata y un generoso y bonito escote asomaba para el disfrute de todos los hombres presentes, es decir, yo.

Luego otra vez con la ducha y con la mano desnuda empezó a aclararme. Pero más que eso, que se podría haber resuelto sólo con el agua, me acarició. Me acarició por los brazos, por los hombros, por el cuello. Me acarició por el pecho, por el abdomen, y por las piernas (lo que se podía). Lo hizo a consciencia y disfrutando. Disfrutando viendo mi cara, una cara de absoluta felicidad y complicidad hacía ella. Con una sonrisa y una mirada de quien goza dando placer, usando algo tan simple y tan hermoso como unas caricias. En ese momento bajó su mano hasta mi polla y siguió acariciándome. Mi miembro no podía estar más excitado, duro y venoso. Ella se agachó y acercó su boca, lamiéndomela. Yo ya estaba casi en un punto de no retorno y ella ni había empezado, de lo caliente que me había puesto todo. Empezó a chupármela ayudándose con una mano, notando mi proximidad al orgasmo. Se le veía que le gustaba, y lo hacía realmente bien. Mi polla en su boca, notando el calor en la profundidad y luego la rapidez de sus expertos movimientos. Me corrí dentro de ella y vi en su cara que le gustó, que lo había planeado así. Después de limpiarse un poco la cara me dijo: "Me ha gustado mucho, muchas gracias guapo". Eso me dejó con la boca abierta, ella sólo había hecho que dar y yo no le había dado nada y encima me daba las gracias. Vio mi cara confundida y volvió a decir: "A veces darlo todo y ver esa cara, esa sonrisa, me llena más que el mejor de los orgasmos. Gracias de nuevo".

Me secó, me vistió y se despidió para el día siguiente. Pero ese día nunca llegó, al cabo de unos días me llamaron del departamento de ayuda social que habían decidido desde arriba recortar debido y suprimir esta ayuda debido a la crisis.

No la volví a ver...fue casi uno de los mejores días de mi vida, aprendí que a veces dar es mejor que recibir...pero me faltaron sus besos.

domingo, 14 de noviembre de 2010

4 besos

El cuarto beso fue en sus labios, tal cómo había planeado. Un beso intenso, fruto del deseo y el desenfreno, uno eterno y a la vez fugaz una ver terminado.

El tercer beso en su cuello, justo en el sitio que sabía que la volvía loca, usando mi lengua con fuerza, mordiendo cual vampiro hambriento.

El segundo beso al vernos por primer vez, en una mano, cómo buen caballero. Un beso tierno, muy tierno mientras la miraba a los ojos para que supiera que la deseaba.

El primer beso al viento; impresos mis labios en una fotografía y enviada por correos dentro de una carta: "este es mi primer beso, al cuarto estos labios serán uno con los tuyos"